martes, 30 de septiembre de 2008

Jonathan Rhys-Meyers (Brian Slade en Velvet Goldmine)


..."El estilo siempre acaba triunfando"...
Me gusta el Baby Face que le vamos a hacer...

jueves, 11 de septiembre de 2008

Hoy.....Un Poco De Julio Cortátar




No se culpe a nadie

El frío complica siempre las cosas, en verano se está tan cerca del mundo, tan piel contra piel, pero ahora a las seis y media su mujer lo espera en una tienda para elegir un regalo de casamiento, ya es tarde y se da cuenta de que hace fresco, hay que ponerse el pulóver azul, cualquier cosa que vaya bien con el traje gris, el otoño es un ponerse y sacarse pulóveres, irse encerrando, alejando. Sin ganas silba un tango mientras se aparta de la ventana abierta, busca el pulóver en el armario y empieza a ponérselo delante del espejo. No es fácil, a lo mejor por culpa de la camisa que se adhiere a la lana del pulóver, pero le cuesta hacer pasar el brazo, poco a poco va avanzando la mano hasta que al fin asoma un dedo fuera del puño de lana azul, pero a la luz del atardecer el dedo tiene un aire como de arrugado y metido para adentro, con una uña negra terminada en punta. De un tirón se arranca la manga del pulóver y se mira la mano como si no fuese suya, pero ahora que está fuera del pulóver se ve que es su mano de siempre y él la deja caer al extremo del brazo flojo y se le ocurre que lo mejor será meter el otro brazo en la otra manga a ver si así resulta más sencillo. Parecería que no lo es porque apenas la lana del pulóver se ha pegado otra vez a la tela de la camisa, la falta de costumbre de empezar por la otra manga dificulta todavía más la operación, y aunque se ha puesto a silbar de nuevo para distraerse siente que la mano avanza apenas y que sin alguna maniobra complementaria no conseguirá hacerla llegar nunca a la salida. Mejor todo al mismo tiempo, agachar la cabeza para calzarla a la altura del cuello del pulóver a la vez que mete el brazo libre en la otra manga enderezándola y tirando simultáneamente con los dos brazos y el cuello. En la repentina penumbra azul que lo envuelve parece absurdo seguir silbando, empieza a sentir como un calor en la cara aunque parte de la cabeza ya debería estar afuera, pero la frente y toda la cara siguen cubiertas y las manos andan apenas por la mitad de las mangas. por más que tira nada sale afuera y ahora se le ocurre pensar que a lo mejor se ha equivocado en esa especie de cólera irónica con que reanudó la tarea, y que ha hecho la tonteria de meter la cabeza en una de las mangas y una mano en el cuello del pulóver. Si fuese así su mano tendria que salir fácilmente pero aunque tira con todas sus fuerzas no logra hacer avanzar ninguna de las dos manos aunque en cambio parecería que la cabeza está a punto de abrirse paso porque la lana azul le aprieta ahora con una fuerza casi irritante la nariz y la boca, lo sofoca más de lo que hubiera podido imaginarse, obligándolo a respirar profundamente mientras la lana se va humedeciendo contra la boca, probablemente desteñirá y le manchará la cara de azul. Por suerte en ese mismo momento su mano derecha asoma al aire al frío de afuera, por lo menos ya hay una afuera aunque la otra siga apresada en la manga, quizá era cierto que su mano derecha estaba metida en el cuello del pulóver por eso lo que él creía el cuello le está apretando de esa manera la cara sofocándolo cada vez más, y en cambio la mano ha podido salir fácilmente. De todos modos y para estar seguro lo único que puede hacer es seguir abriéndose paso respirando a fondo y dejando escapar el aire poco a poco, aunque sea absurdo porque nada le impide respirar perfectamente salvo que el aire que traga está mezclado con pelusas de lana del cuello o de la manga del pulóver, y además hay el gusto del pulóver, ese gusto azul de la lana que le debe estar manchando la cara ahora que la humedad del aliento se mezcla cada vez más con la lana, y aunque no puede verlo porque si abre los ojos las pestañas tropiezan dolorosamente con la lana, está seguro de que el azul le va envolviendo la boca mojada, los agujeros de la nariz, le gana las mejillas, y todo eso lo va llenando de ansiedad y quisiera terminar de ponerse de una vez el pulóver sin contar que debe ser tarde y su mujer estará impacientándose en la puerta de la tienda. Se dice que lo más sensato es concentrar la atención en su mano derecha, porque esa mano por fuera del pulóver está en contacto con el aire frío de la habitación es como un anuncio de que ya falta poco y además puede ayudarlo, ir subiendo por la espalda hasta aferrar el borde inferior del pulóver con ese movimiento clásico que ayuda a ponerse cualquier pulóver tirando enérgicamente hacia abajo. Lo malo es que aunque la mano palpa la espalda buscando el borde de lana, parecería que el pulóver ha quedado completamente arrollado cerca del cuello y lo único que encuentra la mano es la camisa cada vez más arrugada y hasta salida en parte del pantalón, y de poco sirve traer la mano y querer tirar de la delantera del pulóver porque sobre el pecho no se siente más que la camisa, el pulóver debe haber pasado apenas por los hombros y estará ahi arrollado y tenso como si él tuviera los hombros demasiado anchos para ese pulóver lo que en definitiva prueba que realmente se ha equivocado y ha metido una mano en el cuello y la otra en una manga, con lo cual la distancia que va del cuello a una de las mangas es exactamente la mitad de la que va de una manga a otra, y eso explica que él tenga la cabeza un poco ladeada a la izquierda, del lado donde la mano sigue prisionera en la manga, si es la manga, y que en cambio su mano derecha que ya está afuera se mueva con toda libertad en el aire aunque no consiga hacer bajar el pulóver que sigue como arrollado en lo alto de su cuerpo. Irónicamente se le ocurre que si hubiera una silla cerca podría descansar y respirar mejor hasta ponerse del todo el pulóver, pero ha perdido la orientación después de haber girado tantas veces con esa especie de gimnasia eufórica que inicia siempre la colocación de una prenda de ropa y que tiene algo de paso de baile disimulado, que nadie puede reprochar porque responde a una finalidad utilitaria y no a culpables tendencias coreográficas. En el fondo la verdadera solución sería sacarse el pulóver puesto que no ha podido ponérselo, y comprobar la entrada correcta de cada mano en las mangas y de la cabeza en el cuello, pero la mano derecha desordenadamente sigue yendo y viniendo como si ya fuera ridiculo renunciar a esa altura de las cosas, y en algún momento hasta obedece y sube a la altura de la cabeza y tira hacia arriba sin que él comprenda a tiempo que el pulóver se le ha pegado en la cara con esa gomosidad húmeda del aliento mezclado con el azul de la lana, y cuando la mano tira hacia arriba es un dolor como si le desgarraran las orejas y quisieran arrancarle las pestañas. Entonces más despacio, entonces hay que utilizar la mano metida en la manga izquierda, si es la manga y no el cuello, y para eso con la mano derecha ayudar a la mano izquierda para que pueda avanzar por la manga o retroceder y zafarse, aunque es casi imposible coordinar los movimientos de las dos manos, como si la mano izqulerda fuese una rata metida en una jaula y desde afuera otra rata quisiera ayudarla a escaparse, a menos que en vez de ayudarla la esté mordiendo porque de golpe le duele la mano prisionera y a la vez la otra mano se hinca con todas sus fuerzas en eso que debe ser su mano y que le duele, le duele a tal punto que renuncia a quitarse el pulóver, prefiere intentar un último esfuerzo para sacar la cabeza fuera del cuello y la rata izquierda fuera de la jaula y lo intenta luchando con todo el cuerpo, echándose hacia adelante y hacia atrás, girando en medio de la habitación, si es que está en el medio porque ahora alcanza a pensar que la ventana ha quedado abierta y que es peligroso seguir girando a ciegas, prefiere detenerse aunque su mano derecha siga yendo y viniendo sin ocuparse del pulóver, sunque su mano izquierda le duela cads vez más como si tuviera los dedos mordidos o quemados, y sin embargo esa mano le obedece, contrayendo poco a poco los dedos lacerados alcanza a aferrar a través de la manga el borde del pulóver arrollado en el hombro, tira hacia abajo casi sin fuerza, le duele demasiado y haría falta que la mano derecha ayudara en vez de trepar o bajar inútilmente por las piernas en vez de pellizcarle el muslo como lo está haciendo, arañándolo y pellizcándolo a través de la ropa sin que pueda impedírselo porque toda su voluntad acaba en la mano izquierda, quizá ha caído de rodillas y se siente como colgado de la mano izquierda que tira una vez más del pulóver y de golpe es el frío en las cejas y en la frente, en los ojos, absurdamente no quiere abrir los ojos pero sabe que ha salido fuera, esa materia fria, esa delicia es el aire libre, y no quiere abrir los ojos y espera un segundo, dos segundos, se deja vivir en un tiempo frío y diferente, el tiempo de fuera del pulóver, está de rodillas y es hermoso estar así hasta que poco a poco agradecidamente entreabre los ojos libres de la baba azul de la lana de adentro, entreabre los ojos y ve las cinco uñas negras suspendidas apuntando a sus ojos, vibrando en el aire antes de saltar contra sus ojos, y tiene el tiempo de bajar los párpados y echarse atrás cubriéndose con la mano izquierda que es su mano, que es todo lo que le queda para que lo defienda desde dentro de la manga, para que tire hacia arriba el cuello del pulóver y la baba azul le envuelva otra vez la cara mientras se endereza para huir a otra parte, para llegar por fin a alguna parte sin mano y sin pulóver, donde solamente haya un aire fragoroso que lo envuelva y lo acompañe y lo acaricie y doce pisos.
de "Final de juego", Julio Cortázar 1956. © 1996 Alfaguara

jueves, 4 de septiembre de 2008

Mujeres Despechadas - Capuzotto

A vos pavote… A vos que tu papá siempre te dijo que tenías que ser bien macho... y a pesar de ser un putito reprimido te la das de macho pistola y salís por la vida cagando a pobres mujeres, que solo buscan un poco de amor, para demostrarle al mundo, a tu papá y a tus amigos que sos un macho bien puesto…A vos te digo con las minas NO se jode… Porque creeme que no hay nada peor que una mujer despechada, y porque mientras vos te andas haciendo el japi por ahí, la flaquita que cagaste está pensando en un plan siniestro para joderte bien jodida la vida y como ya es algo comprobado, esta flaquita creeme que te va a joder y te va a hacer pagar cada una de las boludeces que te mandaste con ella. Y te voy a dar algunos ejemplos de mujeres despechadas:



La obsesiva: Te va a seguir por cuanto rincón andes, te va a llorar en persona, por teléfono, por mail y por msj. de texto. Te va carmatizar cada de una de tus saliditas con amigos… Consiguiendo victoriosamente que no quieras asomar la nariz a la puerta y te quedes mirando Dragon ball Z un sábado a la noche encerradito en tu casa planteándote por qué carajo te la habrás cruzado en el camino, por qué carajo habrás sido tan pajero de garchartela, joderla y ahora bancarte mirar por décimo novena vez los capitulitos de Dragon ball porque la guacha esa te caga quemando las neuronas cuando te ve.Consiguiendo finalmente que vuelvas con ella, aceptes tu condición de puto, te quedes solo o que la próxima vez que se te ocurra ligarte con una mina sea enserio.



La resentida: Te va a mostrar su mejor sonrisa, su mejor cara y va a buscar la forma más sana de cagarte, se va a encargar de encontrar que es lo peor que te pueda llegar a hacer así sea volverse lesbiana y cagarte la mina con la que estás ahora, ligar con tu mejor amigo, hermano, primo o cualquiera de tu entorno… Para hacerte quedar como el más perejil y para que por un buen tiempo te puedas deleitar con su sonrisita JIJI. Consiguiendo que cada noche cuando te vayas a dormir te acuestes pensando o en lo muy hija de puta que es o en lo boludo que quedaste frente a todo tu entorno de machitos, cada noche antes de ir a bailar tengas que escuchar a tu allegado (cualquiera sea) decirte que bien que coge tu mujer! (que por cierto, vos sabes que es verdad y ahora te querés matar) y te vas a comer el garrón de bancarte cualquier tipo de gastada. Y por qué no?, hasta puede llegar a conseguir que vuelvas a sus pies arrodillado, llorando y suplicando piedad y hasta que te dé una segunda o tercera o cuarta o quinta o vaya a saber uno cuantas oportunidades te habrá dado la pobre flaca. Pero no! te va a decir que NO, que momentáneamente se siente bien sola, descubrió lo bueno que es estar sola pero que si te interesa en un futuro pueden llegar a probar…



La suicida: Te va a ir a buscar a tu casa, te va a mandar cartas, emails, mensajes de texto, te va a llamar todo amenazando con suicidarse porque no puede vivir sin vos, y al principio te vas a sentir re pija porque mira la flaquita quedó re loca con tus encantos y con tus 15cm? Pero no!, a no confundirse con el paso del tiempo esto puede agravarse, y ya no te va a resultar tan loco, porque te va a enfermar, vas a tener a los padres llamándote 50 veces por día pateándote por lo mal que le hiciste a la nena, vas a tener a tus viejos taladrándote el bocho, a las amigas de ella y hasta al kiosquero de la esquina de tu casa recordándote lo mal tipo que sos. Consiguiendo finalmente, que el mundo te mire como si fueras el cuco y hasta vos mismo te vas a ver como un cuco y mal tipo por no haber escuchado a la flaquita esa que una vez te dijo con las minas NO se jode. No quisiéramos tocar el tema en caso que la suicida llevara a cabo su plan y terminara suicidándose… Años de terapia para ti chiquito la culpa la vas a llevar como llevas los huevos! .


el mejor tipo de mujer despechada: La superada: La vas a cagar y la vas a dejar y se va volver una diosa.... se va a poner a dieta, se va a hacer las tetas, se va a internar en un gimnasio 40 horas por día, se va a llenar el placard de ropa híper ajustada y se va a dar una vueltita por el kiosquito ese en que paras con los pibes… Y como sos un pajerito vas a chiflar o gritarle alguna guarrada, a lo que ella procederá a girarse mirarte y decirte Ay fulanito! Cómo estás?... Y vos pancho te vas a querer re matar porque la flaquita esa que dejaste está hecha un terrible minón y ahora te saluda con un hola cómo estás? Disculpa estoy apurada seguimos otro día que sigas bien… Y sin duda tus amigos babosos... – Nooooo me digas que esa era Carmencitaaaaa está terrible papaaaaaaaaaaaaaaaaa!!. Y si, vas a pensar en pegarte un tiro en las bolas, cosa que tendrías que haber hecho hace tiempo ya. Y lógicamente, vas a pensar en llamarla para encontrarse como 'amigos' para ver que tal andan sus cosas, con el único fin de bajarle la caña… Y le vas a ir con el cuento barato de que pensaste mucho lo que pasó entre ustedes y que la extrañas y que la amás… Y boludeces de ese tipo, que en ese momento claramente son boludeces, tarde para arrepentimientos… Y ella te va a contestar: Mirá Juancito te entiendo (porque creeme que entiende que estés ahí, intentado recuperar esa flor de mujer) pero yo ahora estoy en otra cosa, estoy con alguien y estamos bien… Creeme que te tengo un gran cariño, pero bueno no es momento…Buuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!! Perdiste otra vez! Anda con tu grupito de amigos ese que privilegiaste siempre: los sábados, los domingos... todos los días! volvé al zanjón ese que estabas del que nunca tendrías que haber salido… O volvete con la atorranta esa por la que cambiaste a la flor de mina (que seguramente te debe estar cagando con otro).



Porque es así pibe… Las minas siempre van a decir que el hombre es más inteligente etc. etc. porque ellas saben perfectamente que la cosa es al revés y porque los hombres necesitan sentirse un poquito más, ellas no necesitan sentirse… Son bastante más. Y créeme con las minas no jodás que siempre de una manera u otra o como sea te terminas arrepintiendo. Y antes de joder a una flaca, pensá que esa mina puede haber sido tu mamá tu hermana tu abuela… Y como macho que sos a ellas las cuidas y no querés que le hagan lo que vos serías capaz de hacer. Verdad?

lunes, 1 de septiembre de 2008

¿Poque las mujeres siempre vamos juntas al baño?

Dedicado a los chicos del Purgatorio que siempre lo preguntan

El gran secreto de todas las mujeres respecto a los baños es que de niña tu mamá te llevaba albaño, te enseñaba a limpiar la tabla del inodoro con papel higiénico y luego ponía tiras de papel cuidadosamente en el perímetro de la taza.
Finalmente te instruía: ‘Nunca, nunca te sientes en un baño publico’. Y luego te mostraba ‘la posición’ que consiste en balancearte sobre el inodoro en una posición de sentarse sin que tu cuerpo haga contacto con la taza.
“La Posición” es una de las primeras lecciones de vida de una niña, súper importante y necesaria, nos ha de acompañar durante el resto de nuestras vidas. Pero aún hoy en nuestros años adultos,’la posición’ es dolorosamente difícil de mantener cuando tu vejiga está a punto de reventar.
Cuando ‘tienes que ir’ a un baño público, te encuentras con una cola de mujeres que te hace pensar que dentro está Brad Pitt. Así que pides la vez y esperas paciente, sonriendo amablemente a las demás mujeres que también están discretamente cruzando piernas y brazos. Es la posición oficial de “me estoy meando”.
Finalmente te toca tu turno, pero siempre llega la típica mamá con “la niña pequeña que no se puede aguantar más” y aprovechan para saltarse ambas la cola con todo el morro!. Entonces verificas cada cubículo por debajo para versi no hay piernas. Todos están ocupados.
Finalmente uno se abre y te lanzas casi tirando a la persona que va saliendo. Entras y te das cuenta que el picaporte no funciona (nunca funciona); no importa…
Cuelgas tu bolso del gancho que hay en la puerta, y si no hay gancho (nunca hay gancho), inspeccionas la zona, el suelo esta lleno de líquidos indefinidos y no te atreves a dejarlo ahí, así que te lo cuelgas del cuello mientras miras como se balancea debajo tuyo, sin contar que te desnuca la correa, porque el bolso está lleno de mierdas que fuiste metiendo dentro - la mayoría de las cuales no usas, pero que las tienes por si acaso - ..
Pero volviendo a la puerta… como no tenía picaporte,solo tienes la opción de sostenerla con una mano, mientras que con la otra de un tirón te bajas las bragas y tomas ‘la posición’…Alivio…… AAhhhhhh….por fin… Ahí es cuando tus muslos empiezan a temblar…. por que estás suspendida en el aire, con las piernas flexionadas, las bragas cortándote la circulación de los muslos, el brazo extendido haciendo fuerza contra la puerta y un bolso de 5 kgs colgando de tu cuello.
Te encantaría sentarte, pero no tuviste tiempo de limpiar la taza ni la cubrirte con papel, interiormente crees que no pasaría nada pero la voz de tu madre retumba en tu cabeza “jamás te sientes en un water público!”, así que te quedas en ‘la posición’ con el tembleque de piernas, entonces por un fallo de cálculo en las distancias una salpicada finíiiiiisima del chorro te salpica en tu propio culo y que ¡¡¡te moja hasta las medias!!! Tienes suerte si no te mojas tus propios zapatos, y es que adoptar “la posición” requiere una gran concentración.
Para alejar de tu mente esa desgracia, buscas el rollo de papel higiénico peroooo, ¡joooooder…! el rollo esta vacío…! (siempre)Entonces suplicas al cielo que entre los 5 kgs. de trastos que llevas en el bolso haya un miserable kleenex, pero para buscar en tu bolso tienes que soltar la puerta, dudas un momento, pero no hay más remedio,y en cuanto sueltas la puerta, alguien la empuja y recibes un portazo que tienes que frenar con un movimiento rápido y brusco, si miramientos o todo el mundo te vera semi sentada en el aire con la bragas por la rodilla ¡¡NO!! Entonces gritas ¡¡¡¡¡¡¡¡O-CU-PA-DOOOO !!!!!!!!!’, mientras continúas empujando la puerta con tu mano libre, das por hecho que todas las que esperan en el exterior han oído tu mensaje y ya puedes soltar la puerta sin miedo, nadie intentará abrirla de nuevo, (en eso las mujeres nos respetamos mucho) y te dispones a buscar tu keenex sin agobios, te gustaría usar más de uno pero sabes lo valiosos que son en casos similares y te apañas con uno por si acaso.
En ese preciso instante se apaga la luz automática del baño, en un cubículo tan reducido no puede ser tan difícil encontrar el interruptor! das la luz de nuevo con la mano del kleenex por que la otra sigue sujetando tus bragas, vas contando los segundos que te quedan para salir de allí, sudando por que llevas el abrigo puesto ya que no hay perchero, y es que, hay que ver el calor que hace en esos sitios tan pequeños y en esa posición de fuerza en la que sigues,con los gemelos a punto de estallar.
Sin contar el cabreo que llevas por el portazo,el desnuque con la correa del bolso, el sudor que corre por tu frente, la salpicada del chorro en las piernas y en las medias, que todavía están mojadas… el recuerdo de tu mamá que estaría avergonzadísima si te viera así; porque su culo nunca tocó el asiento de un baño público, porque francamente,’tu no sabes qué clase de enfermedades podrías agarrarahí’.
Pero la debacle no termina… estás exhausta,cuando te pones de pie ya no sientes las piernas, te recolocas la ropa rápidamente y tiras de la cadena ¡sobretodo! Si no funciona preferirías no salir jamás de ese baño ¡qué vergüenza! entonces sales al lavamanos.
Todo esta lleno de agua así que no puedes soltar el bolso ni un segundo,lo cuelgas al hombro, no sabes cómo funciona el grifo con los sensores automáticos así que tocas hasta que sale un chorrito de agua fresca, y consigues jabón,te lavas en una posición de jorobado de Notredame para que no se resbale el bolso desde tu hombro y acabe en la pica del baño bajo el chorro automático, el secador de aire es un trasto inútil así que acabas secándote las manos en tus pantalones, por que no piensas gastar otro kleenex para eso! y sales pasando junto ala línea de mujeres que aún están esperando con las piernas cruzadas y en estos momentos eres incapaz de sonreír cortésmente, consciente de que has pasado ahí una eternidad.Tendrás suerte si no sales arrastrando un trozo de papel higiénico pegado a tu zapato del largo del río Mississippi, o peor aún,con la falta arremangada pillada por tus medias que te subiste a la velocidad de la luz y enseñando el culo! Lo juro, a mi me pasó y no soy la única, me consta! y sales.
En este momento ves a tu chico que ha entrado,usado y salido del baño de hombres y que tuvo tiempo de sobra para leer Guerra y Paz mientras te esperaba. ‘¿Por qué tardas tanto?’ te pregunta irritado. “Había mucha cola” te limitas a decir.
Y esta es la razón por la que las mujeres vamos en grupo al baño, por solidaridad, ya que una te aguanta el bolso y el abrigo, la otra te sujeta la puerta, otra te pasa el kleenex por debajo de la puerta y así es mucho más sencillo y rápido ya que tú solo tienes que concentrarte en tener “la posición”. y la dignidad.
Esto esta dedicado a las mujeres de todas partes que han tenido que usar un baño público.